(traducido por Loles Oliván Hijós)
Entrevista: “Si ellos globalizan la forma en que nos matan, nosotros globalizamos nuestra lucha”
El Julio negro de 2018 dedicado a la lucha desde Palestina hasta Latinoamérica contra la militarización.(Crédito: BDS Colombia.)
En septiembre de 2019, Stop the Wall entrevistó a Gizele Martins, activista y comunicadora comunitaria de una de las favelas más grandes de Río de Janeiro, el Complejo del Maré.
Stop the Wall: Al gobierno brasileño de Bolsonaro se le reconoce internacionalmente como integrante de la nueva ola de gobiernos ultra derechistas, racistas, homófobos, militaristas y, en su mayoría, importantes aliados de Israel. Antes de hablar de las conexiones entre Brasil e Israel y entre las luchas de las favelas y del pueblo palestino, ¿puede explicarnos la realidad de las favelas de Río de Janeiro?
Gizele Martins: Las favelas son barrios pobres y de población negra procedente del campo brasileño. Son el emplazamiento de una población empobrecida que se ha convertido en el objetivo del actual gobierno. Tanto el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, como el gobernador del Estado de Río de Janeiro, Wilson Witzel, son políticos derechistas, conservadores, racistas y fascistas, que ya antes de ganar las elecciones declaraban su odio a las poblaciones empobrecidas.
Para su guerra contra los pobres necesitan armas. Por lo tanto, son amigos de los traficantes de armas de Brasil y de otras partes del mundo. Durante la campaña electoral de Bolsonaro, el fabricante de armas brasileño Taurus aumentó significativamente sus ventas en todo el mundo utilizando la propaganda de Bolsonaro para promocionarlas a escala internacional. Una de las primeras cosas que hizo el actual gobernador de Río de Janeiro una vez que llegó al poder fue comprar más vehículos blindados para la policía, los llamados caverões (calaveras). Es con estos vehículos blindados con los que destruyen nuestras favelas desde hace años.
Como resultado, las operaciones policiales han intensificado su violencia. Utilizan muchos más helicópteros para disparar contra las favelas. Incluso disparan en las escuelas y a nuestros hijos e hijas. Ya han muerto más de 10 menores en favelas por disparos este año. Se han incrementado los llamados “actos de resistencia”1 lo que significa que han aumentado los asesinatos por parte de la policía. Desde principios de año más de mil personas han sido asesinadas en el Estado de Río de Janeiro, entre ellas 16 menores. Son las peores cifras de los últimos veinte años.
Sólo la semana pasada han sido asesinadas más de 10 personas. El viernes pasado, la policía mató a Ágatha Víctoria Sales Félix, una niña de ocho años, en Alemão, una de las favelas más grandes de Río. El asesinato de Ágatha dio lugar a una serie de manifestaciones diarias y ahora, una semana después, estamos organizando una gran manifestación popular apoyada por protestas similares a escala nacional e internacional.
Mientras tanto nuestro gobernador en Río celebra en la televisión los asesinatos en las favelas y la muerte de menores. Witzel ya ha declarado públicamente que la policía tiene que actuar y disparar a las cabecitas. Para él, la población enemiga es la población negra.
Desde hace un tiempo los medios de comunicación privados han comenzado a propagar el paralelismo entre el pueblo palestino y el pueblo de las favelas. Al comentar las protestas que que tuvieron lugar tras el asesinato de Ágatha, TV Band, una televisión privada, argumentó que al igual que el pueblo palestino defiende a los terroristas, la población de las favelas defiende a los criminales y por eso la policía debe actuar de la misma manera que el ejército israelí actúa allí en Palestina. Nos consideran el enemigo y a la policía su salvadora. Esto explica bien su grado de racismo.
StoptheWall: Resulta asombroso que los medios privados que apoyan a este gobierno de derechas hagan este paralelismo entre Palestina y la realidad de las favelas. Ello permite justificar el uso de la tecnología y las técnicas que Israel utiliza contra el pueblo palestino. No parece que ni Israel ni el Gobierno brasileño ignoren que aquellos a los que apuntan son civiles y que tienen la obligación de protegerlos, no de matarlos. La población de las favelas se convierte en blanco de una guerra abierta al igual que el pueblo palestino en su conjunto es el objetivo de Israel.
Cuando usted fue a Palestina, ¿reconoció las pautas del trato que Brasil está adoptando ahora en las favelas?
Gizele: Lo que presencié en Palestina fue la segregación de las poblaciones. Incluso familias palestinas divididas entre sí por las políticas israelíes de segregación. Lo que vi fue una imagen nítida del apartheid. Es imposible que el mundo no lo vea. Si visitas Hebrón, por ejemplo, te das cuenta de cómo la población palestina ni siquiera puede salir a las calles de su propia ciudad; hay leyes que separan a los palestinos de los israelíes.
El Muro es muy simbólico de las diferentes facetas de la política de apartheid que se aplica allí. Divide pueblos, familias y poblaciones en una expresión extraordinariamente cruel de hasta qué punto el Estado israelí practica la limpieza étnica y el racismo, comportándose como el asesino.
También aquí en Río de Janeiro hay un Muro que llamamos el “Muro de la Vergüenza”. Es un muro que separa las favelas del resto de la ciudad. En lugar de invertir en salud y educación, nuestros políticos compran armas para matar y gastan dinero para segregar a nuestras poblaciones. Por eso estamos llamados a crear lazos de lucha conjunta entre las poblaciones para defender nuestros espacios.
Cuando comparo Palestina con Maré y otras favelas de Río, explico que aquí en Brasil y en Río de Janeiro, nuestros políticos –que tejen cada vez más vínculos con el Estado terrorista de Israel– comparten la misma estrategia de controlar la vida de las personas. Aquí su objetivo somos nosotros, la población negra de las favelas y de Brasil.
Otra cosa que he notado tanto en Palestina como en Río es la fijación que tiene la violencia estatal contra los menores. Parecen considerarla una vía para erradicar literalmente a estas poblaciones. Pensando en el asesinato de Ágatha, la niña de 8 años de la favela Alemão y en el helicóptero que disparó la semana pasada en la escuela de otra favela, la Maré, me di cuenta de que los menores son el epicentro del genocidio que se está llevando a cabo contra nuestro pueblo. Comparé estas políticas con lo que vi en Palestina: el encarcelamiento y los disparos contra menores, con cuánta frecuencia se impide las mujeres pasar los puestos de control militar para dar a luz a sus bebés en el hospital, arriesgándose a morir y a que sus hijos mueran.
Si tienen una política tácita dirigida contra los menores tenemos que ser cada vez más explícitos sobre el hecho de que necesitamos a nuestros niños y niñas vivos, y tenemos que denunciar lo que estos Estados están haciendo a nuestros menores. Cuando matan a nuestros hijos e hijas, no sólo les atacan a ellos: están destruyendo la posibilidad de que todos nuestros hijos e hijas tengan una infancia. Tenemos que hacer campaña en contra de esto a escala internacional.
Lo más difícil de percibir y de comprender es cómo han convertido a Palestina en un laboratorio de tantas crueldades. Y las crueldades que he presenciado en Palestina son el laboratorio de nuestras vidas.
StoptheWall: Con el gobierno actual y habida cuenta de que los lazos con Israel son cada vez más fuertes, da la impresión de que Brasil avanza en la línea de “israelizar” sus políticas adoptando cada vez más esas prácticas…
Gizele: Bolsonaro realizó varios viajes a Israel antes de ser elegido con el fin de dejar claro su alineamiento con el Estado terrorista israelí y para preparar intercambios en materia de control y asesinatos. Regresó a Israel después de ganar las elecciones. Igualmente, el gobernador de Río visitó Israel justo después de ganar las elecciones para comprar tecnología represiva. Así que no es de extrañar que las prácticas que se ven allí, en Palestina, se utilicen aquí, en Río de Janeiro, en las favelas.
En realidad, no sólo se trata de Palestina: las propias favelas de Río se han convertido también en un gran laboratorio. Nuestras realidades aquí en las favelas, y en Palestina, dan cuenta de que lo que estamos enfrentando es un discurso y una política global, una política de control y genocidio.
El Muro es un símbolo muy contundente del proyecto de segregación global, de ese apartheid que existe tanto en Palestina como en la Maré, en Santa Marta, en México, en cualquier país que tenga un gobierno que adopte políticas que emulen al Estado terrorista de Israel.
El objetivo central que tanto Israel y gobiernos como el de Brasil persiguen es el control sobre la población empobrecida para obtener territorio, colonizar sus vidas, dominar la tierra y la cultura. Soy testigo de que este proyecto está avanzando rápidamente aquí en Río de Janeiro. Para conseguir llevar a cabo este plan, las élites del mundo trabajan juntas, e Israel y sus armas y prácticas son muy útiles para estos gobiernos.
StoptheWall: Te has referido a la idea de dominar culturas y colonizar vidas. Esto va más allá de ejercer el control con balas y vehículos blindados. Cuando nos conocimos estuvimos hablando sobre las iglesias evangélicas. ¿Crees que tienen algo que ver con esta iniciativa de colonizar las mentes?
Gizele: El fundamentalismo religioso está creciendo permanentemente en todo Brasil. En Río de Janeiro las favelas están dominadas hoy por iglesias neo-pentecostales que promueven una ideología muy racista y homofóbica y que, por tanto, respaldan a este gobierno asesino que segrega y construye muros.
Resulta muy extraño que el discurso y las prácticas de estas iglesias ejerzan una influencia tan importante aquí en las favelas. Pero son iglesias que no han crecido por casualidad. Como tampoco es no es casual que un gobernador como Witzel y un presidente como Bolsonaro ganen las elecciones en Brasil. Se apoyan mutuamente. No es casualidad que estas iglesias jueguen con el imaginario de la gente para convencerlos de que estos políticos de extrema derecha son los “salvadores”. Bolsonaro incluso se llama a sí mismo mesias… Cambió su nombre en el acta de nacimiento para que la gente lo considere el Mesías…
Además, los residentes de las favelas integrados en esas iglesias no sólo votan por esta derecha sino que también izan la bandera israelí porque las iglesias predican y piden a sus seguidores que apoyen ciegamente a Israel. Al igual que la gente de las favelas iza muchas banderas israelíes, el gobernador y otros de su mismo espectro político también se identifican con ella. En muchas de las entrevistas que dan se les puede ver flanqueados por la bandera israelí.
StoptheWall: Las iglesias apoyan a esta nueva derecha brasileña consiguiéndole votos. Una vez elegidos, los políticos refuerzan la ideología racista de las iglesias y van a Israel y, entre otras cosas, compran armas para matar a la población de las favelas; las iglesias celebran las relaciones con Israel como una forma de cumplir con el deber divino de apoyar a Israel y pacificar la favela. ¿Es esa la dinámica?
Gizele: Las iglesias neo-pentecostales y su religión son una forma de hacerse con el control de la vida emocional de la gente y las utilizan como forma de control. De lo que se trata es de controlar el muro, del control en el formato de los tiroteos, de las armas y de los vehículos blindados. El aumento de los asesinatos y encarcelamientos al que estamos asistiendo supone una intensificación de esta forma de control. Pero tenemos que asumir también el control de la mente y de la vida emocional de las personas; se tarta de la fe como otra vía de control.
Esta dinámica de creciente fundamentalismo religioso que ayuda a controlar a las poblaciones empobrecidas no solo se da a escala estatal aquí en Río, sino también a nivel nacional e internacional. Forma parte de una política de control organizada internacionalmente por la derecha, e Israel es uno de sus protagonistas.
StoptheWall: Los movimientos en las favelas están construyendo oposición a todas estas formas de control a través de iniciativas como el “Julio Negro”…
Gizele: El Julio Negro es un mes de movilizaciones organizadas por el movimiento de las madres y familias de los asesinados y encarcelados en las favelas de Río de Janeiro, junto con otros residentes de las favelas y alrededores, activistas de los medios comunitarios, es decir, el movimiento de las favelas como tal. Llevamos cuatro años organizando el Julio Negro y nuestro enfoque desde el primer año se ha centrado en el debate sobre militarización y racismo. Después de entrar en contacto con la Campaña Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), también incluimos la cuestión del apartheid en nuestra agenda.
Cuando comenzamos no nos planteábamos la militarización a nivel internacional. Fue después de entrar en contacto con Palestina, con México, con Haití, con otros países, cuando empezamos a darnos cuenta de que lo que sucede en las favelas de Río también es el resultado de la internacionalización de la militarización, del apartheid y del racismo.
Lo mismo que sufrimos aquí lo sufren en Palestina, en India, Haití y México. Empezamos a estudiar y tomamos conciencia de que existe una conexión internacional entre estos Estados terroristas, los colonizadores, la población blanca. Luego empezamos a analizarlo, y desde el pasado Julio Negro empezamos a combatir internacionalmente contra la militarización. Por ejemplo, hemos puesto a Israel en el banquillo de los acusados en la Audiencia Popular sobre la militarización en Palestina y Lationoamérica que celebramos en 2018 junto con organizaciones palestinas y de solidaridad palestina. Hemos juzgado al Estado terrorista de Israel acusado de ser uno de los mayores productores y exportadores internacionales de armas. Armas que se están utilizando contra los pueblos de Palestina y de todo el mundo.
Además de internacionalizar nuestro debate sobre la militarización, hemos seguido desarrollando nuestro análisis del sistema de control en el que vivimos. Hemos comenzado a discutir las diferentes formas de control, incluido el control de internet, de las compañías privadas de seguridad y vigilancia, la tecnología de vigilancia digital y otras formas de capacitación. Descubrimos que la policía militar de Río de Janeiro, el BOPE2, ha mantenido intercambios con Israel, que la policía militar utiliza técnicas que han aprendido de entrenadores israelíes. Hemos aumentado nuestros conocimientos y hemos comprendido que es esencial globalizar esta lucha contra la militarización, el racismo y el apartheid. El Julio Negro conecta estas luchas, y nuestra estrategia es: si ellos globalizan la forma en que nos matan, nosotros globalizamos.
StoptheWall: El Julio Negro y la posibilidad de poder participar en este evento a través de la Audiencia Popular fue sin duda un momento de expansión muy importante para la solidaridad palestina. Pero, ¿nos queda todavía mucho por hacer si queremos unir las luchas para construir realmente un mundo sin muros, sin racismo, sin militarización, un mundo para todos y todas?
Gizele: Creo que hemos hecho muchos progresos en este sentido porque es importante ver que, por ejemplo, en nuestras protestas, eventos y discusiones siempre se halla la dimensión global de la militarización, el racismo y el apartheid. Abordamos la lucha de otros países y aumenta nuestra sensibilidad hacia los sufrimientos y las luchas de otras poblaciones. Ese es el resultado del Julio Negro, que también ha permitido que el BDS se organice en Latinoaméricca. Hemos avanzado gracias a ello pero tenemos que seguir organizando seminarios en universidades y talleres. También tenemos que trabajar en las escuelas y en las calles de manera más intensa. Así que vamos a seguir para que así sea. Tenemos que globalizar nuestros pensamientos y acciones desde todas las localidades en las que estamos. Confío en que lo lograremos en los próximos años.
1 Cuando un agente de policía mata a un presunto “sospechoso” afirma que ha sido en defensa propia o que ha opuesto resistencia a su detención. El hecho se registra como un “acto de resistencia” cuyos testigos son los propios policías que participan en la acción. El crimen casi nunca se investiga.
2 El Batallón de Operaciones Policiales Especiales, generalmente conocido por sus siglas BOPE, es la tropa de élite de la policía militar en Río de Janeiro, Brasil.